Bajo las frondosidades de esta selva minúscula, y alentados por la seguridad de su guarida, crecían y se multiplicaban toda suerte de bichos asquerosos, derramándose en los campos vecinos: lagartos verdes de lomo rugoso, enormes escarabajos con caparazón de metálicos reflejos, arañas de patas cortas y vellosas, hasta culebras, que se deslizaban a las acequias inmediatas.
La guarida de Churchill no resistía las bombas -- Churchillin [pommi]suoja ei kestänyt pommeja.